El ruido es uno de los agentes contaminantes más prevalentes debido a su gran penetración y ubicuidad. El ruido, como el sonido, no es más que una variación muy ligera de la presión del medio (el aire, en este caso). Por ejemplo, para una presión atmosférica de unos 1000 milibares, que corresponden a 100,000 Pa, el umbral de audición (20 µPa, o 0 dB) correspondería a una variación de la presión de 2 x 10‐12. Es decir, una variación del orden de dos billonésimas de la presión atmosférica sería audible por el oído humano medio. Niveles sonoros de 60 dB o 100 dB, corresponderían a variaciones de la presión atmosférica del orden de 2 diezmillonésimas y 20 millonésimas, respectivamente.
Cobo Parra, Pedro; Cuesta Ruíz, María
Lettera Publicaciones, Manual de Audiología Laboral: 29- 64 (2022)
ISBN: 978-84-121623-5-6